En el mundo en que vivimos existen multitud de teorías infundadas que, si bien se les desconoce un origen cierto han acabado por hacer fortuna enraizando en el pensamiento colectivo de la humanidad y siendo elevadas a verdad dogmática irrebatible. Uno de los más conocidos (y asumidos) de estos ‘perversos’ axiomas establece que la evolución del pensamiento religioso es consecuente al grado de evolución o progreso cultural de la sociedad, entendiéndose este por los ‘progresos’ o avances conseguidos por esta en materias de bienestar, riqueza y sabiduría crítica o progreso racional (denominada comúnmente como inteligencia). Dicha evolución religiosa se iniciaría en el animismo (etiquetado como estadio primitivo) para ir evolucionando hacia el politeísmo, de ahí pasar al monoteísmo y acabar en el ateismo.
Esta idea tan arraigada en la mayoría de las personas es TOTALMENTE falsa. El politeísmo NO es propio de un estado primitivo del sentimiento religioso. De una vez por todas, desprendámonos de las vendas impuestas (interesadamente) y veamos sin prejuicios y con respeto este sentimiento religioso, que impregna – como es nuestro caso – la Espiritualidad Celta.
Se entiende por politeísmo la doctrina religiosa cuyos seguidores creen en la existencia de múltiples dioses o divinidades organizadas en una jerarquía o panteón. No se refiere a una diferencia de nomenclatura –los distintos nombres de una deidad– sino que se trata de diversos Dioses con características individuales claramente identificables.
En el politeísmo cada deidad puede ser honrada e invocada de manera individual dependiendo de los aspectos que se le atribuyan. Una variante de politeísmo es el henoteísmo donde una deidad ocupa un lugar de preeminencia y veneración por encima de las demás, pero este no es el caso ni de nuestra Tradición ni de la mayoría de Tradiciones.
Es innegable que después de milenios de monoteísmo, no siempre comprendemos o accedemos correctamente a las múltiples Deidades. Es frecuente pensar que la única diferencia entre monoteísmo y politeísmo es el número de Deidades y que las formas de acceder a ellas, sus prerrogativas o poderes de intercesión son idénticos a como se comporta el Dios Único.
Esto no es así. En el Monoteísmo, el Dios es Omnipotente y Omnisciente, nada se mueve a su alrededor sin su consentimiento, todo pasa porque el quiere que pase. Este es el origen de la famosa paradoja religiosa. ¿Si Dios es Todo Bondad y Todopoderoso porque permite la maldad en el mundo? O bien ¿Por qué permite esta injusticia? O ¿Por qué no me ayuda si soy bueno? O ¿Por qué muere este niño?……y así hasta el infinito.
Pasar del Monoteísmo al Politeísmo es signo de maduración como ser humano. Pasamos de ser hijos menores de edad de un Padre Todopoderoso que hace todo lo que quiere por nuestro bien pero sin intervención humana a ser los dueños y RESPONSABLES de nuestras decisiones. En el Politeísmo, tomamos las riendas de nuestra Vida porque las Deidades no son Omnipotentes. Ellas nos ayudan, nos aconsejan e incluso podríamos decir que nos condicionan, pues sus diferentes dones (iluminación, protección, etc) tienen como finalidad reforzarnos ante la lucha de la Vida pero no la de luchar por nosotros.
Es por ello que aconsejamos a los creyentes, cuando facilitamos el Panteón de nuestra Tradición, que cuando ofrezcan a las Deidades para honrarlas o para buscar su mediación y apoyo, deberán recordar que no está en su mano Omnipotente la concesión de lo pedido y que la no consecución de resultados no es por su caprichosa voluntad. Puede que nosotros no hayamos sabido aprovechar sus dones y hemos ‘combatido’ mal en nuestra batalla o puede que las Deidades hayan intentado socorrernos y no hayan podido.
Esta idea de impotencia (relativa) en una Deidad es nueva para muchos pero por encima de todo, Deidades incluidas, existen las complejas tramas que urden el Destino y eso es algo a lo que ninguna criatura puede escapar.
Olvidémonos pues de la tutela asfixiante Monoteísta para emprender el difícil camino del viaje en solitario. Es duro, pero reconfortante. Por último recordad que las Deidades no están aquí tan sólo para cumplir nuestras peticiones. Las ayudas llegan mejor a aquel que trabaja por conseguirlas pero siempre los Dioses escucharán con mayor atención a aquellos que les honran y comparten su Vida con ellos antes que a aquellos que solo llaman a su puerta para solicitarles una y otra vez, su intercesión.