EL BOSQUE ATLÁNTICO SE DESVANECE
Los europeos tenemos en nuestro interior una clara visión de lo que consideramos bosque, grabada en el inconsciente colectivo. Para los que nos sentimos celtas (ya que el celtismo es cultura y no raza) este bosque es además la Tierra Sagrada de nuestros Ancestros.
Todos tenemos la imagen ideal del bosque misterioso, secreto y umbroso, rodeado de niebla, con enormes árboles cuajados de líquenes y musgos,… un mundo de silencio y humedad donde la magia del ambiente solo se ve rota por el rumor de los arroyos, el movimiento de la hojarasca y el deambular furtivo de extrañas criaturas.
Este paisaje no es otro que el del bosque atlántico.
Nuestros bosques están caracterizados por la predominancia de las especies vegetales de hoja caduca, necesitan un clima moderado (temperaturas suaves y elevados índice pluviométricos que permitan un constante suministro de agua). En nuestro país los bosques atlánticos se reducen a la franja del Norte, desde Galicia hasta la costa catalana. En esta zona suele haber borrascas, vientos húmedos y cadenas montañosas que actúan a modo de barrera sobre los frentes cargados de humedad procedentes del Atlántico. Nunca se suele mezclar con el bosque mediterráneo.
Lógicamente el avance y el desarrollo humano ha obligado al bosque a retirarse y ceder buena parte de las tierras que ocupaba. Así los bosques pasaron a ser superficies más reducidas, a menudo aislados, conformando el paisaje característico que actualmente se extiende por la Europa lluviosa. Pero a medida que se retiraban los bosques también lo hacía su fauna característica, ahora solo queda una reducida parte de la rica fauna que había antes. Actualmente de los grandes depredadores y de otras especies nos queda poco mas que el recuerdo de sus grandes días, junto a una breve colonia de individuos a punto de su extinción (en el mejor de los casos).
Pero ahora, estos bosques minoritarios ante el avance humano que luchaban por sobrevivir están siendo sistemáticamente ANIQUILADOS.
El mundo occidental desarrolló una parte importante de su cultura entorno a los bosques atlánticos. Buena parte de Europa estaba antes cubierta por bosques infinitos de hayas y robles que suministran todo tipo de materias primas (leñas, setas, frutos, caza,…) a los primeros pobladores. Es por ello que nuestra unión con el bosque, con el Templo de los Druidas, no se puede reducir a números y a especulación económica. El bosque a parte de Sagrado (visión personal nuestra) es Cultura para todos, por las enseñanzas que atesora y por su Biodiversidad ya que es el habitat de un sin número de especies animales que lo necesitan para su subsistencia. Condenando al bosque atlántico no solo destruimos robles, hayas tejos y abedules, además estamos eliminando toda la vida que crece y se desarrolla a su alrededor.
La muerte del bosque por tanto no tiene otro nombre, aunque nos pese, que el de GENOCIDIO.
En los primordiales bosques gallegos y astures (y por infinidad de otros sitios, lamentablemente) se están repoblando tierras de labor abandonadas, pastizales agotados, bosques talados y quemados con eucaliptos. El eucalipto es un árbol, ajeno a nuestra tierra y climatología, que crece rápidamente y tiene la particularidad de poseer un altísimo porcentaje de celulosa, lo que le convierte en el producto estrella de las empresas papeleras. Una repoblación ‘miope’ y generadora de futuros problemas, llevada a cabo por quien debería precisamente preservar los valores y activos tanto de su pueblo como el de todos nosotros, ya que la cultura no tiene fronteras, es la responsable de que paulatinamente el bosque atlántico desaparezca y en su lugar se establezca un monocultivo, una inmensa ‘granja’ que satisfaga los bolsillos de estas papeleras.
Ante el poder de dichas empresas, normalmente los gobiernos tercermundistas suelen someterse y bajar la cabeza. Así tenemos los casos de Brasil , el incremento en Honduras y la proliferación de los eucaliptos por países de cualquier latitud que ofrezcan tierra para dichas plantaciones. Los gobiernos autonómicos de nuestro amado arco atlántico lo más seguro que deben pertenecer a ese tipo de gobernantes político bananeros (tan común en ese tercer mundo) ya que muestran la misma actitud y sumisión al prepotente empresario forrado de euros, al que se le caen los billetes por aquí y por allá sin darse cuenta. Solo hay que ver el incremento exponencial de eucaliptos en Asturies que se salta hasta las barreras que establece el gobierno, ya que el Plan Forestal Ampliado sólo permitía 59.000 hectáreas (más asumen que seria pernicioso) y ya llevamos más de 80.000. ¿Y que pasa cuando estas barreras se sobrepasan? pues se cambia la ley y se eleva el listón hombre!, que parece Usted tonto!. Así nos va.
No pretendemos criminalizar la producción de papel o la necesidad de madera, pero todos sabemos lo que conllevan los grandes monopolios y las grandes empresas (recordemos la polémica de las tabaqueras o los lobbies de armamento). A estos señores no les importa el papel ni la mejora de la sociedad, no nos engañemos. Les importa muy poco (por no decir un taco) si Asturias, Galicia , cualquier país o el Mundo entero se queda sin bosques atlánticos, sin lobos, sin jabalís, sin ciervos……Todo esto les es indiferente, es más, seguro que como no producen no importan lo más mínimo. Esta es la filosofía de nuestros tristes tiempos.
Lo que es lamentable ya que están para controlar los desmanes, las ansias de dinero, dividendos y poder y para proteger los intereses generales de los ciudadanos en este momento y para sus hijos en un futuro, es que la clase política legisle mirando todo menos lo que debería mirar y mimar. La ceguera política es proverbial pero también es proverbial la impunidad política, ya que ellos todos lo hacen bien incluso cuando lo hacen fatal y si al final admiten el error siempre tienen más de media docena de excusas. Si eso pasa, un tironcito de orejas y a casa a descansar (o a ocupar una poltrona directiva en una de esas empresas) rodeado de tus lujos que te los has bien ganado hijo mío. Aquí nadie paga por su responsabilidad ante el pueblo soberano y nosotros tenemos que sobrevivir con las consecuencias de sus decisiones.
Es obvio que necesitamos la madera y la celulosa y está claro que necesitamos el eucalipto, estúpido e irreal sería negarlo ya que se necesitan sus recursos, pero esa necesidad debe racionalizarse. La solución no es cubrir todo el mundo de eucaliptos porque interesa satisfacer una demanda interminable de celulosa, por mucho que la venta de dichos árboles sea muy rentable y llene los bolsillos de oro a más de uno. A las papeleras no les importa, viven de vender papel y cuanto más mejor. Nadie quiere mirar al futuro ni las consecuencias de sus irresponsables decisiones. ¿Que le pasará al mundo si se acaba con el bosque atlántico?. Tal vez, no les interese hacerse la pregunta o tal vez piensen que si se acaba el bosque pues acabado está, no importan unos árboles ni unas especies más o menos, solo importamos nosotros. Ya encontraremos una solución, al fin y al cabo,¿el eucalipto también es un árbol no, pues de que se quejan estos ‘eco-hyppies’?.
Es todo muy triste y uno se pregunta de verdad, si nos hemos vuelto todos locos. Si a alguien más le importa todo esto o si solo importa sí sacamos un buen beneficio. Cuando en el próximo verano el fuego arrase plantaciones interminables de eucaliptos desnudando la tierra y ocasionando más de una desgracia, ¿a quien deberán dirigir sus lágrimas las personas que lo hayan perdido todo?. ¿Importará entonces que no haya bosque atlántico? o ¿seguiremos haciendo negocio, esta vez por encima de la desgracia y venderemos la madera quemada a las empresas que se abastecen de ella a buen precio para sus aglomerados?.
¿Sabían ustedes que la leyenda, no urbana sino rural, de que la madera quemada no beneficia a nadie y no se le pueda dar uso es una gran mentira y existe un mercado inmenso que mueve mucho dinero para este tipo de madera?.¡ El beneficio económico por encima de todo! Siempre hay beneficio.
Pero no nos engañemos, es muy fácil señalar a las empresas y especuladores como los malos y así quedarnos tranquilitos en la placidez de nuestro hogar. La defensa del bosque, la imposibilidad de que se planteen estas aberrantes actuaciones y legislaciones entre los políticos y mandatarios nace de un sutil cambio mental. Permitidme que os cite una anécdota que expone Ignacio Abella en su libro ‘La Magia de los Árboles’:
«la selección y tala de los pies más rectos favorece el desarrollo genético de las formas tortuosas. Estos troncos retorcidos y nudosos, en parte fruto de la ignorancia humana, son despreciados por su inutilidad maderera y pocos dudan en talarlos para leña, arrancarlos para que se pudran con la raíz al aire (como hemos visto tantas veces tras la concentración parcelaria o roturación de nuevas tierras) o prenderles fuego para que pasten los animales. Como anécdota transcribo esta frase , literalmente espetada por un paisano que nos enseñaba unos enormes tocones de quejigo: ¡Eran feos como diablos! ¡no eran más feos porque no eran más grandes!. Así, la mentalidad materialista que traduce la belleza del árbol en el dinero que pueda reportar, parece ser la última calamidad que deberá soportar el roble.»
Siguiendo esta línea de pensamiento, ¡Que vivan los Eucaliptos! ¡Mira que son bellos!.
Sí, sí, es así. Cientos de paisanos seguro que ven con buenos ojos la proliferación de este ‘bellísimo’ árbol que les deja buenos euros en vez de soportar en sus tierras a un feo y retorcido roble diabólico que no le da más que bellotas. Esto es lo peor, cambiar la mentalidad y lo más duro, ya que si toda la gente del campo se levantara como una marea exigiendo el respeto a sus raíces a su cultura y a su bosque, los enchaquetados de la capital se lo pensarían dos veces antes de realizar según que tratos con según que empresas. A veces la gente piensa que la pérdida del bosque es solo eso, la pérdida del bosque y olvidan que todo está relacionado con él, empezando por el clima y sus desajustes, para pasar por plagas y cualquier otro desequilibrio que afecte directamente a cualquier actividad humana y por consiguiente a su bolsillo. A veces perdemos la capacidad de ver en lejanía y de comprender el entramado que nos mantiene vivos. Sí así fuera tal vez asumirían lalucha como propia.
A finales de los ochenta, una plataforma ‘ocalitos non’ levantó la voz y asumió esa lucha e intentó concienciar a la gente ante la proliferación de los eucaliptos. Realizaron grandes campañas, movilizaciones, actuaciones y el problema se hizo público, pero el sistema ese gran fagocitador, engulló sus esperanzas ya que la lucha contra esta barbarie parece estar hibernada (no quiero pensar que este muerta).
Desde aquí, nuestra admiración para dichos luchadores. Nosotros desde nuestra pequeñez queremos recoger el testigo y gritar al pueblo astur, al cantabro, al gallego y en definitiva a todos los pueblos que ven sus bosques amenazados a que se levanten y digan NO. Que luchen siempre y sin descanso, aunque parezca que no son oídos, que nada cambia…..no abandonar, estar ahí, de pie diciendo ese NO cuando hay que decirlo, por encima de cualquiera. No desfallezcáis, que no os inunde el desánimo porque sólo en vosotros, en el pueblo, y en todos nosotros se encuentra la semilla que podrá cambiar mediante el trabajo constante lamentalidad de la sociedad.
Para informaros en detalle de la complejidad de la situación de la proliferación de los eucaliptos hemos preferido reproduciros las palabras de José Manuel Lago de la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies, ya que no nos hemos visto capaces de realizar un artículo tan bien estructurado y documentado como el suyo. Es por eso que desde aquí tan sólo hemos pretendido tocar un poco la gaita para remover las conciencias y despertar algo que nunca debemos dejar dormir, la lucha (pacífica) por la defensa de nuestra tierra y de lo que consideramos justo.
Al igual que los Lobos y los Linces, al igual que Tara y Newgrange, parece que todo lo que nos es querido y sagrado tenga que desaparecer víctima de estos tiempos sin raíces. Pido a nuestros ancestros que nos guíen en su defensa, para que sepamos evitar la irremisible pérdida del Bosque Atlántico, en definitiva, la Destrucción de Nuestros Templos.
EL EUCALIPTO EN ASTURIES
Artículo de José Manuel Lago Méndez. Coordinadora Ecoloxista d`Asturies (20-Mayo-2007)
El 25% de la superficie arbolada de Asturias son plantaciones de eucaliptos. En total más de 80.000 hectáreas. Evolución histórica y algunos datos estadísticos sobre las plantaciones de eucaliptos.
El “ocalito”, nombre asturiano del eucalipto, en la primera mitad del siglo XX era un extraño en nuestras tierras. En la década de los 50 comenzó a extenderse por tierras de labor que ya no se trabajaban o praderas que ya no servían de pastizal. En el año 1989 la superficie alcanza las 34.000 hectáreas. En 1996 las 50.000. En el 2.000 ya era la especie dominante con 71.407 hectáreas (según datos del tercer Inventario Forestal Nacional). A día de hoy, si tenemos en cuenta el ritmo sostenido de crecimiento que ha venido experimentando y el total descontrol que existe en las Administraciones Públicas sobre sus plantaciones, es posible que supere ampliamente las 80.000 hectáreas.
En la actualidad, la superficie arbolada de Asturias es de más de 300.000 hectáreas, de las que como dijimos anteriormente más de 80.000 son de eucalipto, después le siguen a bastante distancia el castaño con 58.000, el haya con 53.000, el Carballo con 40.000 o los pinares con 36.000, y ya casi a años luz se encuentran bosques tan propios de Asturias como los de roble albar con 20.000 hectáreas, abedulares con tan solo 6.000 o bosques de ribera con 10.000.
Cualquiera que recorra Asturias por la costa, de oriente a occidente, de Llanes a Vegadeo, prácticamente no verá más paisaje que el de plantaciones y plantaciones de eucaliptos. Se da el caso de algunos municipios como San Tirso de Abres, Gozón o Soto del Barco en el que casi el 100% de su superficie arbolada son eucaliptos (tienen una superficie arbolada de 5.600 hectáreas y 5.100 son eucaliptales), o Gijón con 3.000 hectáreas de arbolado y más de 2.000 de eucalipto, o Villaviciosa con 6.300 hectáreas de eucalipto de las 9.000 arboladas que posee. Y así podríamos seguir y seguir con prácticamente todos los municipios costeros.
Otro dato importante a tener en cuenta a la hora de valorar la situación es el número de metros cúbicos de madera que se extraen todos los años del monte. En ese sentido, de los 695.000 metros explotados el año pasado, 472.000 lo fueron de eucalipto.
El empleo del eucalipto Globulus se ve restringido a la rasa costera, zona libre de heladas y de frío intenso, por lo general en altitudes inferiores a 500 metros. Por eso en las zonas del interior se está repoblando ya, de forma indiscriminada, con eucalipto nitens, resistente al frío, que soporta hasta -12º C, más de 50 días de heladas al año e incluso nevadas.
La introducción del nitens se está haciendo ante el desinterés y la incapacidad de la Administración por controlar racionalmente estas plantaciones. Incluso saben que contraviene el propio Plan Forestal de Asturias, el cual no contempla la plantación de dicha especie, pero los particulares lo están haciendo sin ninguna cortapisa y también sin ninguna intervención, ni a favor ni en contra, de las Administraciones Públicas.
Algunas preguntas sin respuesta.
Resulta curioso que ya en el año 1989, la propia Consejería de Agricultura y Pesca, reconociese la perniciosidad del eucalipto y la conveniencia de restringir su cultivo. En esa línea, en abril de dicho año, elabora un documento público titulado “Restricciones a que deben someterse las plantaciones de eucalipto en Asturias”, en el que se establecía un límite del 4% de la superficie regional para el cultivo del eucalipto; esto es, Asturias tiene una superficie de un millón de hectáreas, por tanto el 4% serían 40.000 (en ese momento había plantadas 34.000 hectáreas).
Por otra parte, el Plan Forestal de Asturias (año 2001), que utiliza datos del segundo inventario forestal nacional en donde la superficie de eucalipto ya era de 50.000 hectáreas, dice que la nueva superficie a repoblar con eucalipto será de 9.000 hectáreas; es decir, “sólo” se permitirían 59.000 hectáreas de eucaliptal en Asturias.
En vistas de que ya tenemos 80.000 hectáreas de ocalitos, es decir 21.000 más de las previstas en el documento del Plan y 40.000 más de las que en su día se consideraban perniciosas por la propia Administración Forestal, nos hacemos las siguientes preguntas:
¿Se arrancarán esas miles de hectáreas sobrantes? ¿Se prohibirá la plantación de eucaliptos en Asturias?
La respuesta a nuestras preguntas ya la sabemos.
EFECTOS SOBRE EL MEDIO AMBIENTE
Las plantaciones de eucaliptos en Asturias presentan los mismos problemas que en otros lugares, aunque con algunas peculiaridades propias de nuestro clima, suelo, pendiente, flora y fauna específicas.
Efectos sobre el suelo.
Como es sabido el eucalipto acidifica el suelo sobre el que se sustenta. Y el suelo asturiano ya tiene de por sí un pH bajo como consecuencia del alto régimen de lluvias, lo cual se agrava aún más en el occidente de la región donde los suelos son silicios. Lo que unido a la gran cantidad de nutrientes que necesita extraer por sus rápidos crecimientos, al tratamiento forestal que se aplica a las plantaciones (herbicidas, talas a matarrasa cada 12 años, etc.) y que ocasionan procesos graves de erosión por las fuertes pendientes de los montes asturianos, podemos decir sin temor a equivocarnos que los eucaliptos están prácticamente esquilmando los suelos de toda la rasa costera.
Efectos sobre el agua.
El efecto del eucalipto sobre el ciclo del agua no merece mayor comentario*, pues de todos son conocidos los grandes volúmenes de agua que necesita para producir en poco tiempo una importante cantidad de biomasa. Pero este hecho, en estos momentos, cobra una especial importancia en Asturias por el debate en que estamos inmersos sobre la necesidad o no de construir nuevos embalses y trasvases (Arbón y Caliao), pues según el Gobierno Regional corremos riesgo de desabastecimiento en nuestros pueblos y ciudades. Las alternativas que se ofrecen desde el movimiento ecologista y vecinal son el aprovechamiento de las aguas subterráneas, pero el Gobierno responde que no son garantía por su insuficiente caudal. Si esto fuera así, habría que preguntarse si no tendría algo que ver en ello la masiva plantación de eucaliptos, desecando riachuelos y fuentes, a lo largo y ancho de toda la costa, precisamente donde se quiere hacer el trasvase del Arbón para abastecer los pueblos costeros.
Efectos sobre la biodiversidad.
Al ser un gran monocultivo de miles y miles de hectáreas a lo largo de la costa, sin fragmentación de ningún tipo, ha provocado que la rica fauna asturiana antaño allí existente se halla visto incapacitada para adaptarse al nuevo hábitat. Lo mismo se puede decir de las especies vegetales que han ido progresivamente desapareciendo ante la voracidad del eucaliptal.
Efectos sobre los incendios forestales.
No podemos olvidar que en Asturias tenemos muchísimos incendios forestales. De hecho somos la segunda Comunidad Autónoma del Estado Español con más número de incendios (2.000 incendios/año y 10.000 Has./año), únicamente superados por Galicia.
Obviamente, el mayor porcentaje de montes arbolados que se queman son de pinos y eucaliptos. De hecho la superficie arbolada, pasto de las llamas a lo largo de toda la década de los 90, arroja un saldo de 30.000 hectáreas sobre pinos y eucaliptos (20.000 en pinos y 10.000 en eucaliptos), mientras que por el contrario el haya sufrió el efecto sobre tan sólo 500 hectáreas, el roble sobre 4.000 y el castaño 5.000. Evidentemente, esto no es ninguna casualidad sino que viene dado porque estas dos especies son altamente combustibles y pirofitas*.
Efectos Socioeconómicos.
Si por algo se caracteriza la política forestal desarrollada en Asturias a lo largo de los últimos 30 años es por el descontrol y el desgobierno llevado sobre la misma por parte de los poderes públicos.
La segunda característica es que ha respondido a un modelo economicista y productivista caracterizado por tener como objetivo el suministro de materia prima maderera barata a las industrias y la búsqueda de rentabilidades financieras a corto plazo.
Como consecuencia de ello, la selvicultura artificial imperante impuso las repoblaciones con la especie de crecimiento rápido por excelencia: el eucalipto.
Por otra parte, la repoblación privada, incentivada con ayudas oficiales vía exención fiscal, se centró también fundamentalmente en el eucalipto. Esta repoblación estuvo, desde su origen, muy determinada por la demanda industrial de la minería asturiana (hoy en proceso de extinción) y, en especial, de la industria papelera de la fábrica de Navia, que pronto conformó un fuerte grupo de presión económica sobre particulares y ayuntamientos.
Así las cosas, la extensión del eucaliptal va aumentando a la vez que se agudiza la crisis del sector agrario asturiano (especialmente agravado a raíz de la entrada de España en la CEE), disminuyendo los cultivos tradicionales y desapareciendo las pequeñas explotaciones con sus praderías, que son sustituidas por eucaliptales ante las expectativas de altos precios de la madera generadas por la industria del papel a través de sus campañas de inflamiento artificial de los precios. Cuando ahora la realidad nos demuestra que en los últimos 10 años el precio del eucalipto ha caído en más de un 40%.
Como conclusión constatamos que varias décadas después de ingente obra repobladora “eucaliptal” apenas han mejorado las deprimidas rentas del campesinado, mientras que con el apoyo de los poderes públicos (declaración de la industria papelera de interés nacional, subvenciones a la investigación de especies de crecimiento rápido, subvenciones a la mecanización, etc.) se beneficiaron los intereses de la industria papelera y de los grandes propietarios particulares. Mientras tanto, el eucaliptal como todo monocultivo nos introduce en una política económica tercermundista de dependencia productiva y explotación del medio ambiente.
ALGUNAS LUCHAS SOCIALES CONTRA EL EUCALIPTO
A finales de los años 80 se produjo un enfrentamiento emblemático de todo un pueblo del municipio de Villaviciosa, Tazones, contra un industrial maderero cuando éste plantó un monte de eucaliptos en las inmediaciones de dicho pueblo. Frente a lo cual los vecinos se mostraron contrarios, advirtiéndoselo al plantador. Después hicieron varias manifestaciones, cortes de tráfico, ruedas de prensa, plenos municipales, una querella criminal por daños al patrimonio histórico-cultural, etc., sin resultado satisfactorio alguno. Hasta que una madrugada aparecieron todos los eucaliptos arrancados.
También a finales de los 80 se constituyo una plataforma: “Ocalitos non”, contra las plantaciones de eucaliptos. De la que formaron parte todos los grupos ecologistas, diversas organizaciones sociales, algunos grupos políticos y varias asociaciones de vecinos. Dicha plataforma desarrollo una intensa campaña de denuncia en los medios de comunicación, presentó iniciativas de rechazo al eucalipto en todos los ayuntamientos, realizó manifestaciones y concentraciones de protesta, elaboró y distribuyó multitud de carteles y dípticos informativos, etc. Lo cual generó en su momento un gran debate en la sociedad. Aunque bien es verdad que ahora la lucha social contra el eucalipto ha languidecido bastante.
A MODO DE CONCLUSIÓN
Obvio es que necesitamos la madera de celulosa, obvio que necesitamos el eucalipto (loco estaría quien lo negara), pero ¿Cuánto, donde y como? Esa es la cuestión: La racionalización del uso del eucalipto. Para ello deberíamos tener en cuenta, en mi opinión, tres líneas básicas de actuación:
La potenciación del papel reciclado. Empezando por hacer su uso obligatorio en todas las Administraciones Públicas.
José Manuel Lago Méndez.
www,asturiasverde.com
*dado que pensamos que no todos los que leerán este artículo conocen como expone José Manuel en su artículo las necesidades de agua del eucalipto y su poder de combustión, realizamos la siguiente anotación aclarativa:
«Un eucalipto adulto consume unos 30 litros de agua por día. En la época del franquismo el eucalipto fue empleado en los proyectos de desecación de numerosos humedales, debido a la gran cantidad de agua que requieren para su desarrollo. Los bosques de eucaliptos pueden crear problemas de incendios incontrolables debido a la gran altura que alcanzan estos árboles en poco tiempo de crecimiento y a la fácil combustión de su madera: en bosques densos de eucaliptos, las llamas de un incendio pueden alcanzar más de 300 metros de altura, como se ha podido comprobar en Australia durante la época de sequía.»
Datos facilitados por bosquihermanos.blogspot.com