Los días II, III y IV de la Atenouxtion del Mes Samon, que se corresponde en el año actual que acabamos de inicar (3.885 M.T.) con el período comprendido entre la puesta de sol del día 7 de Noviembre hasta la puesta de sol del día 10 del mismo mes, se celebra en nuestra Tradición el Gran Ritual de la Trinoxtion Samoni, las 3 noches de Reencuentro con nuestros Ancestros.
La ”Trinoxtion Samoni”, las tres noches de Samonios. Tres gritos de luz que van a iluminar la oscuridad del invierno que nos llega con las lágrimas de las lluvias otoñales y los aulladores vientos. La naturaleza se adormece, transitando sin cesar en su ritmo cíclico, invitándonos a seguirla sin dejar de ser vigilantes con nuestro fuego interior que nos acompañará en las largas y frías noches. El mismo invierno que cubrirá de escarcha y niebla las Tierras Celtas para hacernos partícipes, una vez más, de las maravillas que nos ofrece la naturaleza. Un inmenso fuego y mar de blancura en el cual veremos danzar a los Tres Rayos de Luz que acompañan el camino de nuestros Antepasados y arropan nuestras almas.
Velo rasgado entre los mundos. Sucellos Dagodeuos, el Buen Padre se une a la Soberana de los Espíritus y una vez más, como antaño, como siempre, para todos aquellos que estén atentos a estas Sagradas Noches, la unión será de nuevo posible. Los difuntos inspiraran a los vivos y los vivos nutrirán a los difuntos con ofrendas rituales.
Este era uno de los momentos más mágicos para los antiguos celtas, el día que no existía. Samonios o Samhain marca el fin del viejo año celta y el principio del nuevo año. Era la muerte y el sueño y a través del invierno (la estación sombría) la tierra descansa hasta su renacimiento en primavera. Así la rueda refleja los ciclos de la naturaleza y la de la vida.
Samonios es una bisagra fuera del tiempo. Los celtas sabían que era necesaria una ruptura que aboliera el orden definido y que permitiera al caos reinar durante un lapso de tiempo. Uno de los aspectos de esta ceremonia era este, tres días que escapan del tiempo, puesto que el tiempo no existe en Samonios, en que cada uno se saltaba ese orden preestablecido; los hombres y mujeres se disfrazaban los unos de las otras y viceversa, las barreras de los campesinos se desmontaban y se tiraban por las laderas, los caballos cambiaban de prado y los niños visitaban a sus vecinos exigiéndoles regalos y mimos, una tradición que sobrevive de manera atenuada en la fiesta de “ HALLOWEN”. Un significado profundo se escondía detrás de estas aparentes excentricidades de este intervalo, donde los Druidas conocían el verdadero simbolismo de Samhain.
En Samonios, donde el tiempo no existe, el velo entre nuestro mundo y el de los antepasados era apartado durante tres días, y los que estaban preparados podían emprender sin peligro, el viaje hacia “ el otro lado”.
El ceremonial de los Druidas apuntaba pues a establecer el contacto con los espíritus de los difuntos considerados como fuente de consejo, sabiduría e inspiración no como causa de miedo a la población. En el transcurso de estas noches, todo un ceremonial era seguido estrictamente y de forma obligatoria (toda ausencia estaba penada con la muerte).
En cada hogar, todos los fuegos se apagaban simbolizando el fin del ciclo y la entrada en la Noche regeneradora. Los Druidas sofocaban solemnemente el Fuego Sagrado del Altar para mas tarde inflamar un nuevo fuego, mediante ramas secas de roble, para honrar a Belenos y ahuyentar a los espíritus maléficos. Después cada familia recibía una brasa enrojecida con la que se generaba un nuevo fuego protector en el atrio que debía ser atendido durante todo el nuevo año.
La fiesta de Samonios es a la vez fin y renovación, tanto para las estaciones como para las existencias humanas. En este momento intemporal, paso de transición, las puertas del Otro Mundo se abren permitiendo a los seres divinos, a los vivos y a los muertos mezclarse.
Samonios es el momento en el que Sucellos, el Buen Dios de la Vida y de la Muerte reunía a las almas de aquellos que habían muerto durante el año con el fin de informarlas de su nueva vida o encarnación. Por tanto Samonios es un umbral Durante estas noches de reencuentro seres de ambos lados pueden traspasar el velo y pasar libremente de un mundo a otro, los difuntos podían rendir visita a sus familiares y estos les acogían con alegría y les dejaban un buen lugar en la mesa siempre cercano al nuevo fuego del hogar. En este día los ancestros eran honrados y bienvenidos de vuelta a sus hogares, era común dejar platos de comida en la mesa para los antepasados que volvían hambrientos por el largo viaje. Estos visitantes , amigos, parientes volvían allí para ayudar a sus seres queridos y les aconsejaban y guiaban para el nuevo año.
En la primera NOCHE se honraba la memoria de los héroes, guerreros caídos en la defensa de la Tribu. La segunda se dedicaba a la memoria de los queridos Antepasados desaparecidos y la siguiente estaba consagrada, mediante el Festín Ceremonial, al regocijo de las alegrías del rencuentro propias de la festividad.
Es en esta época que los animales que no podían ser mantenidos a lo largo del invierno eran sacrificados, la carne serviría para alimentar a la tribu durante el largo y duro invierno. Se sabe asimismo que los ritos de Samhain estaban relacionados con las manzanas, se comía una tarta de manzanas hecha por las mujeres celtas, y como herencia de ello el juego de coger manzanas que flotan en el agua con la boca probablemente desciende de antiguos cultos druídicos, ya que se cree que se equiparaba el paso a través del agua para obtener la manzana con el paralelismo del paso a través del mar hacia Avalón, la tierra de las manzanas, la tierra de los antepasados.
Este es un tiempo de preparar los objetivos para el siguiente año, de iniciar cambios en nuestras vidas, “quemando” en la hoguera de Samonios todo aquello que ya no nos sirve y preparando la tierra para plantar las nuevas semillas de futuros proyectos.