Una vez más, un año más, nos reunimos para celebrar la ceremonia de Luginaissatis, el principio de la cosecha.Una cosecha, que empezó en la siembra de la Ambioulcaia cuando Brigantia hizo germinar la tierra.Una cosecha que comenzó a dar sus frutos en la Belotennia, cuando la generosidad de Belennos y Belisama hizo estallar la vida en el mundo.
Una cosecha que ahora, en Luginaissatis, procedemos a recoger con agradecimiento gracias a la sabiduría de Lugus, el Dios radiante, al que honramos en este día.
Una cosecha que disfrutaremos en la época de Samonios, cuando Cernnunos gobierne el bosque y el tiempo invernal llegue hasta nuestros hogares. Ese será el momento de compartir las bondades de la tierra con nuestros antepasados. Será el momento de la reflexión y el análisis de un nuevo ciclo que comienza. Pero hoy es tiempo de alegría y vitalidad.
Hoy recogemos nuestra cosecha personal, iniciada en Samonios.
¿Es esta la que esperábamos? ¿Obtenemos en nuestra vida los resultados para los que habíamos estado preparándonos?.
Si no es así volvamos la mirada atrás y pensemos como nos preparamos y que sembramos. Pensemos como protegimos y regamos los frutos primerizos. Reflexionemos y así podremos darnos cuenta en que tiempo fallamos y sabremos porque los frutos no son los esperados.
Toda cosecha requiere su proceso completo, requiere que el ciclo se realice con corrección.
Este rito es una época de luz, dedicada al Dios Lugus. Lugus, representado por la luz física de las estrellas que pueblan el cielo, es la luz de la inteligencia, del pensamiento, de la razón y del verbo. Lugus, que nos otorga la sabiduría nos invita a hacer uso de ella en nuestras vidas.
Lugus es el Maestro y como Maestro nos revela cual es la verdadera sabiduría.
“ No saber es la auténtica sabiduría, presumir que se sabe es una enfermedad.
Primero date cuenta de que estas enfermo, sólo entonces podrás recobrar tu salud.
El Maestro, es su propio médico, se ha curado a sí mismo de todo su saber, por eso verdaderamente esta completo “.
Seamos pues sabios como Lugus y pensemos en lo que nuestros antepasados enseñaron a nuestro pueblo:
“ Ni la autoridad, ni la fuerza, ni la riqueza, pero la razón, la reflexión, la creación y la expresión “.
Seamos también, como él, críticos y justos. Denunciemos las faltas, los abusos y los excesos, rebelémonos contra esta sociedad absurda y capitalista que intenta arrinconar la vida a cambio de poder y dinero, que destruye a nuestra Madre Tierra y a sus moradores por un mero interés comercial:
“ El Maestro no persigue el poder, y así es verdaderamente poderoso. El hombre ordinario siempre busca poder, y así nunca tiene suficiente. El Maestro no hace nada sin embargo nada deja por hacer. El hombre ordinario siempre esta haciendo, sin embargo mucho más deja sin hacer. Los hombres ordinarios odian el aislamiento, pero el Maestro hace uso de él abrazando su soledad comprendiendo que es uno con todo el universo “ .
Nosotros no buscamos el poder:
“ Cuando te contentas con ser simplemente tu mismo y no te comparas ni compites todos te respetarán ”.
Regocijemos en la festividad de Luginaissatis. Lugus retorna ante la tribu para ofrecernos sus dones con generosidad, como Maestro que es, plenamente entregado a su pueblo. Se dirige a nosotros con la sencillez del sabio y como él no busca nuestra aprobación.
El Sabe lo que sabe y entrega su sabiduría para que nosotros aprendamos también.
“ Las palabras verdaderas no son elocuentes.
Las palabras elocuentes, no son verdaderas.
Los sabios no precisan probar su opinión.
Quienes precisan probar su opinión, no son sabios.
El Maestro no tiene posesiones.
Cuanto más hace por otros, mayor es su felicidad.
Cuanto más da a los demás más grande es su riqueza “.
Es la fiesta de Luginaissatis y hoy, más que nunca, nos reunimos como tribu. Hoy no existen barreras entre nosotros. Nadie es superior, ni más sabio. Olvidemos los Egos y las pretensiones que tantas veces nublan nuestro juicio y estropean los frutos de nuestra cosecha personal. Todos somos un clan y compartimos, como niños, la alegría de Lugus. Estamos aquí para recoger los frutos del año y para disfrutarlos junto a toda la tribu.
Que nuestro corazón albergue la pureza de este sentimiento fraternal.
Dejemos entrar esa luz de Lugus en nuestras almas, respetémosle, adorémosle, conservemos sus lugares sagrados para que su fuerza nos ayude a luchar contra la invasión de los que solo ansían el poder, para que nos ayude a devolver a nuestra cultura y civilización esa lógica y lucidez que poseían nuestros antepasados celtas.
Texto en negrita extraído del libro del Tao